El humo no es lo mismo que el hollín. En una combustión correcta y completa, los únicos subproductos son agua, dióxido de carbono y compuestos gaseosos de diversos elementos. El HUMO es resultado de una combustión incompleta y se compone de pequeñas partículas, alquitranes o breas y gases, algunos muy peligrosos por su toxicidad y otros por su acidez. Además contiene partículas que pueden provocar cáncer y otras que, por ser muy pequeñas, son muy dañinas para la salud, pues penetran muy adentro en los pulmones y provocan graves enfermedades (ver wikipedia: Humo).
El HOLLÍN está formado por algunas de esas pequeñas partículas sólidas del humo, es de color negro o casi negro, tiene reflejos brillantes y es bastante pegajoso e incluso grasiento. También está demostrado que es una sustancia causante de cáncer, de hecho fue la primera identificada, allá por el año 1.775. Las autoridades mundiales llevan mucho tiempo luchando contra su presencia en la atmósfera ya que es uno de los agentes que más tienen que ver con el calentamiento global (ver wikipedia: Hollín) (ver artículo en diario levante-emv).
Los alquitranes mencionados aparecen en estado gaseoso por la combustión de la lignina de la leña y reciben en conjunto el nombre de CREOSOTA. Si en su camino hacia el exterior pasan por zonas lo suficientemente frías se condensan en pequeñas gotas que escurren y se van juntando arrastrando el hollín que encuentran a su paso formando un líquido oscuro, pegajoso y de fuerte olor. Cuando llega a zonas más calientes la parte líquida se vuelve a evaporar dejando un residuo sólido que tiende a formar burbujas que crecen unas sobre otras y que en muy poco tiempo son capaces de taponar por completo el conducto.
Cuando la creosota escurre se puede salir al exterior por las juntas de los tubos, por los codos o por los sombreretes o caperuzas, manchando llamativamente el tubo, la pared, las tejas, el suelo, y desprendiendo un olor característico, fuerte y desagradable. Por su componente acuoso es causa de graves oxidaciones y deterioros en juntas, codos o tramos inclinados, llegando a deshacer el metal.
Como curiosidad, os cuento que este alquitrán obtenido industrialmente de la destilación de carbones grasos antes se utilizaba mucho como antiparasitario y como protector de la madera, aplicándose en los postes de teléfono, en las traviesas de las vías del tren o en los bancos de los parques a los que, aparte de darles protección, tambien les confería un olor característico que muchos podréis recordar. Estos usos hoy en día están prohibidos en la CEE dado su probado potencial cancerígeno. (ver wikipedia: Creosota)
Nada más formarse, el humo comienza a circular por los conductos de la chimenea, pero una parte se queda pegada en sus paredes en forma de hollín, recubriéndolas. Esto provoca varios problemas: por un lado se va estrechando el conducto dificultando cada vez más su salida, por otro la superficie rugosa formada frena la velocidad del humo y por otro el hollín depositado actúa como aislante térmico, impidiendo que se caliente el conducto, lo que disminuye el efecto de tiro hacia el exterior que tanto ayuda a evitar revocos.
Teniendo en cuenta que el hollín nuevo tiende a pegarse sobre el hollín que ya se había fijado antes y que al circular el humo más lentamente tiene más posibilidades de hacerlo, se comprende que es cuestión de tiempo que se produzca un gran depósito que acabe por atascar el conducto. Hay también una característica que acelera el atasco y es que el hollín frío es más pegajoso que el caliente, y en las partes altas de los conductos tanto sus paredes como el humo que pasa están más fríos por lo que el depósito es mayor.
La peor consecuencia del atasco es que el humo revoca y entra en la vivienda, y aunque esto tiene el desagradable efecto de manchar paredes y techos, es peor su gran efecto venenoso, siendo la inhalación de humo la causa principal de fallecimiento en los incendios. El humo mata por intoxicación debido a sus componentes venenosos, como el temible monóxido de carbono (CO), inodoro e incoloro, y a las pequeñísimas partículas sólidas que taponan los alveolos pulmonares y asfixian a la víctima.
No acaban aquí los problemas, pues se sabe que por cada milímetro de hollín depositado aumenta el consumo de leña entre el 6% y el 9%. Cuando tengamos depositada en nuestros tubos una capa de hollín de medio centímetro de grosor, que es demasiado frecuente por lo que nos encontramos en las limpiezas, estamos hablando de aumentos de consumo de entre el 30% y el 45%. Bastante más leña para el mismo calor ¿no?.
Es muy importante que sepamos que el hollín arde y que puede hacerlo de una forma muy violenta, con grandes ondas expansivas que pueden destruir la chimenea. También pueden salir grandes llamaradas tanto por la parte alta de la chimenea como por la parte baja hacia la habitación. Esta capacidad de arder se debe a su propio origen (leña a medio quemar) y a su disposición dentro del conducto, donde se deposita formando entramados tridimensionales que favorecen la propagación de la llama (ver segunda foto vertical y cuarta horizontal).
Son estas llamaradas la causa de muchos incendios cada año, como se puede comprobar fácilmente buscando noticias de este tipo por internet, como por ejemplo estas:
BOMBEROS DE BAZA INCENDIO EN JADRAQUE INCENDIO EN SALAMANCA INCENDIOS EN MADRID
Por todo lo anterior se comprende que el hollín es un gran enemigo, su presencia en nuestra chimenea no sólo aumenta el consumo de leña y contribuye a la contaminación del medio ambiente y al calentamiento global sino que puede provocar un grave incendio en nuestra vivienda y las de alrededor e incluso puede matarnos.